El cuerpo humano es un sistema complejo y asombroso de huesos, articulaciones, músculos y nervios, diseñados para trabajar conjuntamente con un objetivo: el movimiento. El movimiento es vida. Cada componente del cuerpo humano ha sido diseñado con la finalidad de movimiento. Las fibras nerviosas estimulan a los músculos para que se contraigan, los músculos se contraen para mover los huesos, los huesos mueven las articulaciones, y el sistema nervioso controla todo ello.

De hecho, diversos estudios han demostrado que el movimiento es tan crucial para la salud de nuestro cuerpo, que una carencia de movimiento, tiene un efecto detrimente en muchos procesos fisiológicos, desde la digestión hasta nuestro estado emocional, función inmunológica, capacidad de concentración, calidad de sueño, e incluso, hasta en la longevidad de nuestras vidas. Como el sistema nervioso es el encargado principal de iniciar el movimiento, su funcionamiento óptimo es clave, ya que con un estilo de vida que no tiene suficiente movimiento, el cuerpo no puede funcionar eficientemente.

EQUILIBRIO

El equilibrio y la coordinación existen cuando el cuerpo, libre de interferencias en el sistema nervioso, se utiliza para lo que esta diseñado.

Ejercicios como andar, nadar, yoga, pilates, andar en bicicleta, artes marciales, levantamiento de pesas, etc… mantienen la coordinación muscular. Actividades como trabajar en una oficina, leer, ver la televisión, etc. causan el efecto contrario en el cuerpo. Las acciones repetidas contraproducentes para el equilibrio del cuerpo, causan una facilitación neurológica desfavorable y contribuyen a la creación de un desequilibrio, pudiendo generar tensión muscular, contracturas musculares, decrecimiento en el rango de movimiento y molestias en las articulaciones.

La quiropráctica restablece el equilibrio en el funcionamiento del sistema nervioso y, conjuntamente con actividades que favorecen la coordinación muscular, permite mantener el cuerpo en armonía.

FUERZA

Los músculos fuertes mantienen el cuerpo erecto y lo capacitan para el movimiento. Una buena fuerza muscular y equilibrio son cruciales para mantener una postura adecuada y minimizar, de este modo, la tensión muscular. Los músculos, funcionan de modo parecido a los cables que mantienen tiesa una torre alta de radio o televisión. Si los cables, tienen la misma fuerza en cada lado, la antena se mantendrá tiesa. Por el contrario, si uno de los cables se debilita o se rompe, la antena se torcerá hacia un lado o caerá. Lo mismo ocurre con el cuerpo. Si las fibras nerviosas estimulan a los músculos en cada lado de la columna vertebral con la misma intensidad, estos músculos estarán equilibrados y fuertes, y el cuerpo permanecerá erecto y fuerte. Desafortunadamente, la mayoría de la gente no tiene músculos fuertes y equilibrados debido a subluxaciones en la columna vertebral. Incluso, si se ejercitan los músculos con la misma intensidad, cantidad y calidad de ejercicios, cuando existe una subluxación, el cuerpo se adapta a ella, y es forzado a trabajar músculos cuya acción primaria es distinta de la intencionada.

Los músculos responden muy eficientemente fortaleciéndose o debilitándose en base a sus demandas. Por ejemplo, si el cerebro repetidamente todos los días, manda mensajes al bíceps para que este se contraiga durante un ejercicio o rutina, este camino neurológico se facilita, resultando en un bíceps fuerte. Cuando trabajas en una oficina, conduces un coche, o te sientas en un sofá en casa, la mayoría de los músculos no se ejercitan. Consecuentemente se debilitan. Por el contrario, los músculos que se usan a lo largo del día se fortalecen. Este desequilibrio en la fuerza muscular contribuye aún más a un desequilibrio en la coordinación muscular, una postura inadecuada y tensión muscular crónica. Si se deja sin solucionar, el desequilibrio muscular tiende a empeorar, debido a un fenómeno conocido como inhibición recíproca.

Inhibición recíproca literalmente significa apagar lo contrario. Para todos los músculos que mueven el cuerpo en una dirección, existen otros músculos opuestos que mueven el cuerpo en dirección opuesta. Para evitar que estos músculos trabajen el uno contra el otro, cuando una fibra nerviosa contrae un grupo de músculos, obliga al mismo tiempo a relajar el grupo de músculos contrario – “apaga” los músculos opuestos. Cuando un grupo de músculos es utilizado con gran frecuencia, el grupo de músculos opuestos es candidato a atrofiarse debido a estar “apagado” de un modo continuado.

Este fenómeno es especialmente importante para personas que trabajan en una oficina, porque el mismo grupo muscular, en la parte superior de la columna y pecho del cuerpo, se utiliza todo el día. Esto significa, que todo el día, el cuerpo está básicamente “apagando” el grupo muscular opuesto en la mitad de la columna. Esto contribuye a una postura inadecuada, contracturas musculares crónicas y dolor. La manera más fácil de corregir este desequilibrio es un cuidado quiropráctico adecuado que corrija el desequilibrio neurológico combinado con ejercicios específicos que activen y fortalezcan la musculatura profunda de la espalda.

MOVIMIENTO

Cuando las articulaciones en una parte del cuerpo no se mueven apropiadamente, otras partes del cuerpo se ven obligadas a moverse más para compensar. Esto crea un gran estrés en esas partes que tienen que compensar la deficiencia y pronto desemboca en dolor e inflamación. Al mismo tiempo, las articulaciones se unen y los ligamentos y tendones se acortan. Esto deja al cuerpo en una situación muy inestable; si no se corrige este proceso continúa hasta que el cuerpo apenas se puede mover. De este modo, una persona sufre episodios de dolor por movimientos aparentemente insignificantes, tales como el clásico ataque de lumbago que ocurre por un movimiento repentino insignificante. La inestabilidad ya existía en la columna y, un simple movimiento, crea de repente un ataque de dolor. El cuidado quiropráctico no se centra en el dolor, los quiroprácticos nunca tratan los síntomas. El cuidado quiropráctico se centra en corregir la causa, la inestabilidad, que bien se puede manifestar con síntomas o sin ellos. Una buena alineación de la columna vertebral, admite cualquier movimiento sin problemas.

Se puede observar, cómo mucha gente ha perdido la mayor parte de su rango de movimiento, como un robot oxidado cuando se mueve. Esto es prevalente en los ancianos. Al contrario de lo que se cree de manera popular, esto no es un efecto inevitable de hacerse mayor, se trata del efecto inevitable de no mantener la movilidad del cuerpo a través de una biomecánica y movimiento apropiados. Hay gente de sesenta, setenta, e incluso mayores, que son más fuertes y flexibles que una persona de mediada edad, simplemente porque han mantenido el cuerpo en movimiento a lo largo de sus vidas.

POSTURA

La antigua tradición japonesa de cultivar bonsais es fascinante. Los bonsais son meramente matas normales, que han sido sometidos reiteradamente a fuerzas externas, en una dirección específica durante mucho tiempo, para crear una forma que nunca podría ser encontrada en la naturaleza. Dependiendo de los patrones de fuerzas externas a las que haya sido sometido durante su crecimiento, puede terminar siendo una versión en miniatura de un árbol normal, o puede terminar siendo una trenza de ramas entrecruzadas. Del mismo modo, cuando la columna vertebral se encuentra sometida a distintas fuerzas externas, (una mochila llena de libros, llevar el bolso en el mismo hombro durante décadas, horas en el ordenador con ergonomía pobre sometidos a la constante fuerza de la gravedad, etc.), así como el bonsai, toma una forma no creada por la naturaleza.

Para la mayoría de la gente, “buena postura” simplemente significa, sentarse y estar de pié erecto. Unos pocos, se dan cuenta de la importancia de la postura, en la salud y funcionamiento. El cuerpo humano ansía alineación. Cuando la columna vertebral se encuentra alineada, los huesos, no los músculos, soportan nuestro peso, reduciendo el esfuerzo. El gran beneficio de una postura correcta, es que cuerpo se encuentra más saludable, con más energía, y se mueve con ligereza.

Sin una buena postura, el potencial atlético puede quedar limitado. Así mismo, la columna vertebral puede dañarse cada vez que se hace deporte. Del mismo modo que cuando un clavo está doblado, no es muy productivo seguir dando martillazos. En una postura ideal, los huesos se amontonan uno encima del otro, la cabeza se sitúa directamente sobre la columna, la cuál se sitúa directamente sobre la pelvis y la cuál se sitúa directamente sobre las piernas y pies. Por el contrario, si se pasa horas sentado en una silla, encorvado hacia delante, o se apoya el peso más en una pierna que en la otra, la musculatura del cuello y espalda, tienen que soportar el peso de la cabeza y el cuerpo, en lugar de ser soportado por la columna.

Una mala postura, altera la alineación de huesos, tensa músculos de manera crónica, y contribuye a una variedad de condiciones, como pérdida de capacidad vital pulmonar, aumento de fatiga, reducción de perfusión sanguínea y oxígeno al cerebro, rango de movimiento limitado, rigidez en las articulaciones, síndromes de dolor, disminución de la atención mental, disminución de la productividad en el trabajo, etc. Haciendo referencia al receptor del premio Nobel, Doctor Roger Sperry, “Cuanto más mecánicamente distorsionada está una persona, menos energía está disponible para pensar, metabolizar, y sanar”.

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